Una zona de hamacas para ver las estrellas es una pasada.

falta honestidad en la asignación de dormitorios.

Albergue sencillo pero acogedor. Personal amable y atento. Habitaciones confortables. Restaurante excelente y económico. Bonito jardín con hamacas.

Me gustó todo.

Personal amable y atento

Estancia acogedora y confortable. Calefacción encendida a pesar del frío.Restaurante cercano de comida casera

Nada negativo.

La ubicación del albergue es perfecta, rodeado de naturaleza y un entorno hermoso para descansar después de un día de ciclismo. Hay un restaurante cercano donde ofrecen comida deliciosa y a buen precio, con una amplia variedad de platos. Además, el personal es amable y atento, haciéndonos sentir bienvenidos desde el primer momento. También hay una zona de hamacas en el jardín trasero, ideal para relajarse y disfrutar de las estrellas por la noche. Sin duda, una gran ventaja.

En las habitaciones múltiples no hay separación por puertas, lo que puede resultar incómodo debido al ruido de otros huéspedes.

Qué estancia tan maravillosa en Vilar ! El albergue Fillobal superó mis expectativas con creces. El personal fue increíblemente amable y atento. Nos dieron una estancia aparte para nuestro grupo de tres personas, lo cual fue genial. La habitación era acogedora y confortable, y encendieron la calefacción, a pesar de ser junio, cuando llegamos y hacía frío. Además, al lado había un bar-restaurante con comida casera deliciosa. ¡Todo fueron ventajas en este albergue!

por otro lado, me hubiera gustado que la recepcionista hubiera sido más honesta. pedí cambiar de dormitorio para estar más tranquila, pero me dijo que no había más habitaciones disponibles, aunque luego llegó otro peregrino y durmió solo en otro dormitorio.

El entorno en plena naturaleza

Restaurante magnifico. Servicios básicos.Personal agradable.Zona de hamacas para ver las estrellas.Dueños muy amables.Comida casera muy buena

Nada de nada.

Habitaciones cómodas y acogedoras. Buena calefacción incluso en junio. Restaurante de comida casera al lado con dueños amables.

Me sentí inmediatamente como en casa, no tengo ninguna queja.

Maravilloso entorno en plena naturaleza con un restaurante magnífico! ¡Hamacas para ver las estrellas, un paraíso! La dueña es amabilísima y todo son facilidades. ¡Ventajas del albergue! 😊

La limpieza impecable y las instalaciones del hotel son excelentes. El desayuno es delicioso y el personal es amable y servicial.

Nada que decir.

Entorno natural hermoso y restaurante excelente. Zona de hamacas para estrellas. Albergue sencillo, pero bueno para descansar. Restaurante frente al albergue con comida buena y económica. Dueños amables y atentos. Calefacción disponible en Junio. Ambiente acogedor y confortable. Buena experiencia.

Es un albergue sencillo pero acogedor, perfecto para descansar después de una jornada de camino. El entorno en plena naturaleza es maravilloso y se puede disfrutar de un jardín y zona de hamacas para ver las estrellas.El restaurante en frente ofrece un menú delicioso por 10 euros, con abundante vino tanto para la cena como para el desayuno.El personal es amable y atento, nos hicieron sentir como en casa y nos dieron una estancia aparte para nosotras solas.

Me sentí como acogido/a en una familia, no tengo ninguna pega.

Sitio bonito y acogedor. Dueña amable y atenta. Buenas risas y ambiente agradable. Bar de al lado con comida genial y buen precio. Entorno natural maravilloso. Restaurante magnífico al lado. Zona de hamacas para ver las estrellas.

Nada que mencionar.

la estancia en el albergue Fillobal en Vilar superó mis expectativas. La amabilidad y hospitalidad de la dueña fueron destacables, ofreciendo facilidades y atención personalizada. Además, el restaurante enfrente del albergue ofrecía comida deliciosa a precios asequibles. El ambiente acogedor y la belleza del entorno crearon una experiencia inolvidable.

falta de opciones de habitaciones.

El albergue se encuentra en un entorno natural maravilloso, rodeado de naturaleza y con un jardín donde se pueden contemplar las estrellas desde las hamacas. Además, cuenta con un restaurante magnífico en las cercanías, donde se puede disfrutar de deliciosas comidas.

A pesar de haber pedido un dormitorio más tranquilo, me asignaron una habitación con más gente, lo cual resultó algo incómodo.

Es acogedor, la dueña muy amable y atenta, además de que nos echamos unas buenas risas. Lo recomendaría sin duda. El bar de al lado también se come genial y a buen precio. Volvería sin dudarlo.

Super recomendado.